Antecedentes

Los antecedentes de la inteligencia emocional (IE) y la motivación pueden rastrearse en diversas corrientes de la psicología y la filosofía, aunque el término y la conceptualización moderna fueron popularizados por Daniel Goleman en 1995. A continuación, se detallan algunos de los principales antecedentes y contribuciones que precedieron al desarrollo de la inteligencia emocional tal como la conocemos hoy: 

1. Teorías de la Inteligencia

Teoría de la inteligencia general (Factor "g") de Charles Spearman (1904): Antes de la inteligencia emocional, muchos estudios de psicología se centraron en la inteligencia cognitiva. Spearman propuso que existía un factor general de inteligencia, que influía en el rendimiento en diversas tareas cognitivas. Este enfoque se centraba principalmente en la habilidad intelectual medida por los tests de CI.

Teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner (1983): Gardner propuso que existen diferentes tipos de inteligencia, más allá de la inteligencia lógica y verbal. En su modelo, incluyó una forma de inteligencia relacionada con la inteligencia interpersonal (habilidad para entender y relacionarse con los demás) y la inteligencia intrapersonal (habilidad para comprender y regular las propias emociones), que son conceptos fundamentales dentro de la inteligencia emocional.


William James y Carl Lange (finales del siglo XIX): Estos psicólogos propusieron una de las primeras teorías importantes sobre las emociones, sugiriendo que las emociones no solo son respuestas a los eventos externos, sino que también involucran una serie de respuestas físicas que ayudan a regular las emociones. Aunque no estaba directamente relacionado con la inteligencia emocional, su trabajo influyó en la comprensión de la relación entre emociones y comportamiento.

Paul Ekman (1970s): Ekman estudió las expresiones faciales y las emociones universales, identificando una serie de emociones básicas que son universales entre todas las culturas humanas. Su trabajo aportó evidencias importantes sobre la forma en que las emociones se manifiestan y se pueden reconocer, lo que más tarde sería clave en la comprensión de la empatía y la autoconciencia emocional dentro de la IE.

2. Investigaciones sobre las emociones


3. Psicología humanista

Abraham Maslow: En su famosa pirámide de necesidades, Maslow reconoció la importancia de la autorrealización, un proceso que involucra el autoconocimiento y el desarrollo emocional. Esta idea se relaciona con la importancia de comprender y gestionar las propias emociones, un concepto central en la inteligencia emocional.

Carl Rogers: Rogers, otro psicólogo humanista, subrayó la importancia de la empatía y la autocomprensión en el desarrollo de las personas. Su enfoque centrado en la persona promovió la idea de que el entendimiento emocional y la comunicación efectiva son esenciales para el bienestar y el crecimiento personal.


4. Teoría de la inteligencia emocional de Peter Salovey y John Mayer (1990) 

Peter Salovey y John Mayer son los principales precursores académicos de la inteligencia emocional. En 1990, propusieron un modelo teórico de la inteligencia emocional, definiéndola como la habilidad para monitorear los sentimientos y emociones propias y ajenas, discriminar entre ellas y usar esta información para guiar el pensamiento y la acción. Su trabajo fue el primer marco académico formal sobre la IE. 


Peter Salovey y John Mayer son los principales precursores académicos de la inteligencia emocional. En 1990, propusieron un modelo teórico de la inteligencia emocional, definiéndola como la habilidad para monitorear los sentimientos y emociones propias y ajenas, discriminar entre ellas y usar esta información para guiar el pensamiento y la acción. Su trabajo fue el primer marco académico formal sobre la IE.

5. Desarrollo del concepto de autoconciencia emocional y autocontrol


6. Trabajo de Daniel Goleman (1995)

La verdadera popularización del término y el concepto de inteligencia emocional ocurrió cuando Daniel Goleman publicó su libro Inteligencia Emocional en 1995. Goleman integró todos estos antecedentes, proponiendo que la inteligencia emocional no solo es importante para el bienestar personal, sino también para el éxito en las relaciones interpersonales y el rendimiento profesional. Su trabajo destacó que las habilidades emocionales, como la autoconciencia, la autorregulación, la motivación, la empatía y las habilidades sociales, son tan importantes, o incluso más, que la inteligencia cognitiva tradicional en el desarrollo y el éxito de las personas.

Imágenes proporcionadas por Pexels

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Ulises González A.
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